domingo, 31 de julio de 2011

Un príncipe de Libia Occidental

En general gustó en Alejandría,
los diez días que residió allí,
el príncipe de Libia Occidental,
Aristómenes, hijo de Menelao.
Como su nombre, su atuendo, también, discretamente griego.
Aceptaba de buen grado los honores, pero
no los buscaba; era modesto.
Compraba libros griegos,
de historia y filosofía especialmente.
Pero, sobre todo, era hombre de pocas palabras.
Debe de ser de hondos pensamientos, se decía,
la gente así no es por temperamento dada a chácharas.

Ni era profundo en sus pensamientos, ni nada.
Un hombre corriente, ridículo.
Se puso un nombre griego, se vistió como los griegos,
aprendió más o menos a comportarse como los griegos;
y le temblaba el alma no fuera por azar
a echar a perder una impresión tan buena
al hablar griego con horribles barbarismos,
y los alejandrinos se lo tomaban a chacota,
según acostumbraban, los siniestros.

Por eso se limitaban a unas pocas palabras,
cuidando con pavor pronunciación y casos;
y sufría no poco con las conversaciones
en su interior acumuladas.


                                                                     Poemas · C.P. Cavafis

2 comentarios:

  1. Jajaja, conozco a varios así. Qué cosas.

    ¡Muá!

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  2. Sí... suele ser normal hoy por hoy ver a gente así.

    Gracias por pasarte ^^ Besitos

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