lunes, 21 de diciembre de 2020

Cuando uno es capaz de diferenciar lo que es amor de lo que no lo es, adquiere la libertad para elegir desde la conciencia, sin engaños ni excusas, sin cerrar los ojos ni mirar hacia el otro lado para evitar el dolor que nos produce la triste realidad.

Cuando uno es capaz de diferenciar lo que es amor de lo que no lo es, tiene la necesidad de aprender a poner límites, de protegerse de aquello que le lastima y de dibujar un punto y a parte cuando la historia que vive ya ha llegado a su fin.

Cuando uno es capaz de diferenciar lo que es amor de lo que no lo es, es que ha aprendido a amarse, a valorarse y a sentirse merecedor de lo que realmente merece. No se conforma con migajas de afecto, caricias programas o besos vacíos de compasión.

Cuando uno es capaz de diferenciar lo que es amor de lo que no lo es, vuelve a sentir la vida, la energía y la ilusión, ingredientes esenciales que desaparecen cuando estamos luchando en una batalla perdida que sigue destruyendo en nombre del amor.

Cuando uno es capaz de diferenciar lo que es amor de lo que no lo es, simplemente empieza a vivir de verdad.

La pregunta es: ¿te atreves?


Silvia Congost en Si duele, no es amor

martes, 1 de diciembre de 2020

Todo asusta

Asusta que la flor se pase pronto.
Asusta querer mucho y que te quieran.
Asusta ver a un niño cara de hombre,
asusta que la noche...
que se tiemble por nada,
que se ría por nada asusta mucho.
Asusta que la paz por los jardines
asome sus orejas de colores,
asusta porque es mayo y es buen tiempo,
asusta por si pasa sobre todo,
asusta lo completo, lo posible,
la demasiada luz, la cobardía,
la gente que se casa, la tormenta,
los aires que se forman y la lluvia.
Los ruidos que en la noche nadie hace
—la silla vacía siempre cruje—,
asusta la maldad y la alegría,
el dolor, la serpiente, el mar, el libro,
asusta ser feliz, asusta el fuego,
sobrecoge la paz, se teme algo,
asusta todo trigo, todo pobre,
lo mejor no sentarse en una silla.

Gloria Fuertes