viernes, 13 de octubre de 2017

domingo, 1 de octubre de 2017

Un mar de fueguitos

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. 
A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde allá arriba la vida humana.
-El mundo es esto -reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. 

Eduardo Galeano