miércoles, 20 de julio de 2011

Un jardín en Badalpur - Kenizé Mourad · Lo mejor IV

¿Por qué había esperado veinte años? ¿Creía realmente que el tiempo lo borraría todo, como suele decirse? El tiempo no borra nada por sí solo. Solamente cabe olvidar mirando a los ojos al fantasma que nos obsesiona y nos tritura el corazón; agarrándolo cuerpo a cuerpo, a pesar del miedo, descortezándolo lentamente, sin placer ni furor, hasta que al cabo de meses, o hasta de años, vaciado de su fuerza, privado de su soberbia, se desmorone y, pingajo agonizante, nos entregue su secreto: no existía sino por nuestro deseo. Pero nos ha habitado tanto tiempo, ese fantasma odiado y amado, está tan íntimamente ligado a nosotros que, al arrancarnos a él, corremos el riesgo de arrancarnos a nosotros mismo y disolvernos en una u otra nada. Por eso preferimos contemporizar; nos aturdimos, nos persuadimos de que hemos crecido y de que no vamos a machacar eternamente historias infantiles. Y nos lanzamos a la vida.
Y durante ese tiempo, en la paciente oscuridad, la herida se ahonda hasta que un buen día nos encontramos al borde del abismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus opiniones cuentan =)