martes, 19 de julio de 2011

Un jardín en Badalpur - Kenizé Mourad · Lo mejor I

[...] es ella la que no puede dejar de querer cargar con todas las desgracias de la humanidad y que, al no poder cambiar nada, se desespera y se acusa. A veces es capaz de mover un guijarro, pero ¿de qué sirve eso cuando el alud se lleva el resto? Por lo menos habrá quitado ese guijarro, le replican. ¿Hay orgullo en ese no contentarse? Contentarse..., otra expresión que nunca pudo soportar. Pues no, no se contenta; nunca es suficiente lo que hacer.
[...] No se hace ilusiones, sin embargo, sobre su grandeza de ánimo; sabe perfectamente que al dar a los otros se da sobre todo a ella misma. Se da ante todo para merecer reconocimiento, amor... Y por eso está dispuesta a todos los sacrificios, a todos los heroísmos.

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