Es curioso el hecho de olvidar a las personas.
Algunas vuelven a tí sólo con pensarlas.
Otras son olvidadas con el paso de las agujas del reloj. Son hasta tal punto tan rápidamente olvidadas que ni una foto, ni siquiera su nombre, hace efecto en nuestros corazones.
Otras tantas se instalan en nuestro cuerpo para siempre: en nuestra espalda con sus caricias, en nuestro corazón con sus palabras...
Cada cual elige que tipo de persona olvidada quiere ser. Aunque yo, no quiero olvidar ni ser olvidada.
Noëlle 9.7.13
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