domingo, 28 de octubre de 2012

XII

El siguiente planeta estaba habitado por un bebedor. Esta visita fue muy breve, pero sumió al principito es una gran melancolía:
-¿Qué haces aquí? -le preguntó al bebedor, quien encontró instalado en silencio frente a una colección de botellas vacías y una colección de botellas llenas.
-Bebo -respondió el bebedor, con aire lúgubre.
-¿Por qué bebes? -le preguntó el principito.
-Para olvidar -respondió el bebedor.
-¿Para olvidar qué? -inquirió el principito, que ya lo compadecía.
-Para olvidar que tengo vergüenza -confesó el bebedor, bajando la cabeza.
-¿Vergüenza de qué? -trató de averiguar el principito.
-¡Vergüenza de beber! -finalizó el bebedor, encerrándose definitivamente en el silencio.
Y el principito se fue, perplejo.
"Las personas mayores son decididamente muy, pero muy extrañas", decía el principito durante el viaje.


El Principito · Antoine De Saint-Exupéry

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