sábado, 3 de marzo de 2012

La historia de cada jueves I

Ayer llevabas unas gafas realmente ridículas. Pero me gustó que aminoraras la marcha cuando nos acercábamos a la salida y tú deseabas que me volteara para darte mis gracias acompañadas de mi dulce sonrisa de cada jueves cuando, caballerosamente, me sujetas la puerta.
Me sobresalto y observo tus mismos zapatos, tus mismos pantalones, tu misma chaqueta. Otra vez. Girar la cabeza sería demasiado brusco, así que, con oír el suave ruido de mis botas en tu oído te reconfortas, sintiéndome cerca.
Cruzas la calle, así podrás mirarme mejor tras tus ridículas gafas oscuras. Llegamos a un tramo en el que creo que ya huelo tu esencia. Te pierdes en el portal. ¿Qué pensarás? Imagino que subes los escalones de dos en dos, atropelladamente, para asomarte silenciosamente por la ventana y ver dónde voy.
Sonrío, quizá tú también. Probablemente hayas imaginado nuestra no-conversación:

- ¡Qué casualidad! Nos encontramos casi en el camino.
- ¿Vas a preguntarme ya cómo me llamo?

2.3.12

                                                                     Gustav Klimt
                                                         

2 comentarios:

  1. Ahooraa amo los jueves! ^^
    pero no tanto como tu publicacion y mas que nada, el empeño que le pones a todo.. ^^

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  2. Quién será este Anónimo jajaja

    Gracias :)

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