sábado, 5 de febrero de 2011

Todo empieza y acaba con un silencio.

Lizzy Bennet no es como las demás muchachas...

<<Puede pasar, pero no es lo suficientemente hermosa para tentarme.>>

<<Darcy jamás se había sentido tan fascinado por una mujer.>>


Tras un silencio de varios minutos, se acercó a ella y, con visible agitación, dijo:
      - He luchado en vano. Ya no quiero hacerlo. Me resulta imposible contener mis sentimientos. Permítame usted que le manifieste cuán ardiente la admiro y la amo.
      El asombro de Lizzy fue mayúsculo. Se ruborizó y, boquiabierta, permaneció en silencio.


Orgullo y prejuicio. Jane Austen.


3 comentarios:

  1. Sí, es verdad, ¿por qué no dejar libres nuestros sentimientos? :)

    ¡Un beso!

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  2. Yo también pienso lo mismo. Pero creo que a veces tenemos demasiado miedo como para actuar =)

    Besosss ^^

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  3. Hola! Gracias, me alegro de que te guste =) Me paso también por el tuyo.

    Ciaoo, saludos!!

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