El amor y el odio luchan y arrastran mi liviano
corazón,
uno hacia aquí, otro hacia allá, pero, eso creo,
vence. Odiaré si puedo; si no,
a persar mío amaré.
Tampoco el toro ama el yugo; pero tiene
lo que odia.
Huyo de su perfidia, su belleza me hace volver
atrás de la huida;
Me repugnan sus costumbres licenciosas,
amo su cuerpo.
Así ni sin ti ni contigo puedo yo vivir
y, al parecer, no sé lo que quiero...
Ovidio, Amores, III, 11 b
Tan sabias palabras como tu elección al escribirlas.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte en tu camino diario.
Muchas gracias América te deseo también buen viaje en tu día a día :)
ResponderEliminarBesitos, Noëlle