Estragón.- ¿Qué ocurre?
Vladimir.- Nada.
Estragón.- Yo me voy.
Vladimir.- Yo también.
Silencio.
Estragón.- ¿He dormido mucho?
Vladimir.- No sé.
Silencio.
Estragón.- ¿Adónde iremos?
Vladimir.- No muy lejos.
Estragón.- ¡No, no, vayámonos lejos de aquí!
Vladimir.- No podemos.
Estragón.- ¿Por qué?
Vladimir.- Mañana debemos volver.
Estragón.- ¿Para qué?
Vladimir.- Para esperar a Godot.
Estragón.- Es cierto. (Pausa.) ¿No ha venido?
Vladimir.- No.
Estragón.- Y ahora ya es demasiado tarde.
Vladimir.- Sí, es de noche.
Estragón.- ¿Y si lo dejamos correr? (Pausa.) ¿Y si lo dejamos correr?
Vladimir.- Nos castigaría. (Silencio. Mira el árbol.) Sólo el árbol vive.
Estragón.- (Mira el árbol.) ¿Qué es?
Vladimir.- El árbol.
Estragón.- No, ¿qué clase de árbol?
Vladimir.- No sé. Un sauce.
Estragón.- Ven a ver. (Arrastra a Vladimir hacia el árbol. Quedan inmóviles ante él. Silencio.) ¿Y si nos ahorcáramos?
Vladimir.- ¿Con qué?
Estragón.- ¿No tienes un trozo de cuerda?
Vladimir.- No.
Estragón.- Pues no podemos.
Vladimir.-Vayámonos.
Estragón.- Espera, podemos hacerlo con mi cinturón.
Vladimir.- Es demasiado corto.
Estragón.- Tú me tiras de las piernas.
Vladimir.- ¿Y quién tirará de las mías?
Estragón.- Es cierto.
Vladimir.- De todos modos, déjame ver. (Estragón desata la cuerda que sujeta su pantalón. Este, demasiado ancho, le cae sobre los tobillos. Miran la cuerda.) La verdad, creo que
podría servir. ¿Resistirá?
Estragón.- Probemos. Toma.
Cada uno coge una punta de la cuerda y tiran. La cuerda se rompe. Están a punto de caer.
Vladimir.- No sirve para nada.
Silencio.
Estragón.- ¿Dices que mañana hay que volver?
Vladimir.- Sí.
Estragón.- Pues nos traeremos una buena cuerda.
Vladimir.- Eso es.
Silencio.
Estragón.- Didi.
Vladimir.- Sí.
Estragón.- No puedo seguir así.
Vladimir.- Eso es un decir.
Estragón.- ¿Y si nos separásemos? Quizá sería lo mejor.
Vladimir.- Nos ahorcaremos mañana. (Pausa.) A menos que venga Godot.
Estragón.- ¿Y si viene?
Vladimir.- Nos habremos salvado.
Vladimir se quita el sombrero -el de Lucky-, mira el interior, para la mano por dentro, lo sacude, se lo cala.
Estragón.- ¿Qué? ¿Nos vamos?
Vladimir.- Súbete los pantalones.
Estragón.- ¿Cómo?
Vladimir.- Súbete los pantalones.
Estragón.- ¿Qué me quite los pantalones?
Vladimir.- Súbete los pantalones.
Estragón.- Ah, sí, es cierto.
Se sube los pantalones. Silencio.
Vladimir.- ¿Qué? ¿Nos vamos?
Estragón.- Vamos.
No se mueven.
TELÓN
SAMUEL BECKETT: Esperando a Godot.
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